HOLA A TODOS!!!
En esta nueva entrada voy a centrarme
en la crisis actual del Senado, crisis que perdura casi desde el momento de la
puesta en funcionamiento del Senado.
El Senado, por sus
deficiencias estructurales y funcionales, ha sido una institución sometida a
severa crítica. Casi desde su nacimiento, el Senado ha sido visto por la
doctrina como una cámara disfuncional que duplica las funciones legislativas
del Congreso en su función de cámara de segunda lectura y que a su vez no es ni
actúa como una cámara de representación territorial.
El Senado, como se
ha visto, se encuentra muy restringido en las labores que le encomienda la
Constitución pues por un lado en su función de cámara de segunda lectura sus
actividades deben ceñirse a la incorporación de enmiendas o a la adopción del
veto, que en cualquier caso están supeditados a las decisiones que tome el
Congreso ya sea aceptando o no las enmiendas o levantando el veto del Senado.
Por otro lado el
Senado funcionalmente no es una cámara de representación territorial, no está
especializada en política territorial y sus actividades no tienen como objetivo
la política territorial, por lo cual la función principal del Senado sería la
de cámara de segunda lectura.
Otro aspecto muy
reseñable y que ha tenido muy en cuenta el Consejo de Estado en su Informe
sobre la reforma del Senado es el gran número de Senadores que componen la
cámara, comparando con otras cámaras altas de nuestro entorno. Se aprecia que el número de escaños de las segundas
Cámaras europeas oscila entre un cuarto y la mitad de los que integran la
Cámara baja, mientras que en el Senado español ese número es mucho más elevado
y llega a los tres cuartos.
Además se ha de señalar que las competencias legislativas
del Senado español en comparación con las cámaras altas de otros países son
mucho menores.
El propio Senado y las
instituciones políticas españolas son conscientes de esta grave crisis que
padece el Senado, por lo cual desde hace mucho tiempo han intentado reformar
esta cámara a fin de lograr una cámara funcional y provista de un verdadero
protagonismo político. No obstante los múltiples intentos de reforma, algunos
con un sólido respaldo como el impulsado en el año 2004 por el Presidente José
Luis Rodríguez
Zapatero, no han
logrado el fin perseguido dado que hay un grave escollo que no se puedo
solucionar, y es que la dinámica de partidos se impone constantemente sobre la
dinámica territorial.
En atención a esta
grave crisis institucional que padece el Senado parece que solo hay dos
posibles soluciones que serían, por un lado una gran reforma del Senado que
lograra efectivamente realizar los mandatos constitucionales y por otro lado la
supresión de la cámara.
A estos efectos en
próximas entradas voy a desarrollar hipótesis y propuestas de reforma del
Senado español a fin de poder lograr un Senado fuerte y con un verdadero
protagonismo político, no obstante también se estudiará la conveniencia de la
supresión del Senado atendiendo a las razones de su necesidad y a si es o no
una institución indispensable en el Poder Legislativo español.