Hola a
todos!!!!
En esta
nueva entrada voy a hacer referencia a algunas de las voces críticas que se han
alzado contra la supresión del Senado y a fin de estudiar si esas voces tienen
razón o no se intentará en esta entrada dar solución a esos problemas que se
arguyen.
En
primer lugar hay que señalar que una vez superada la conciencia tradicionalista
española, surgen algunas voces que apuntan a que la supresión del Senado
destruiría un elemento básico para la integración de los territorios
autonómicos y de su cooperación con el Estado, pero esta problemática es
fácilmente salvable debido a las múltiples vías existentes para la cooperación
entre las Comunidades Autónomas y el Estado como son las conferencias
sectoriales ampliamente implantadas en nuestro sistema institucional y con
resultados más que satisfactorios.
Otro importante escollo que plantea la supresión del Senado reside
en la arraigada idea de que es necesaria una segunda lectura o reflexión de los
proyectos de ley. Esta idea considera que es necesario el trabajo del Congreso,
pero así mismo el del Senado, añadiendo este un aire más conservador y
reflexivo a los proyectos de ley. Pero como se ha visto otros Estados de
nuestro entorno carecen de Senado y su actividad parlamentaria continua sin
presentar déficits técnicos o políticos.
Actualmente el Senado español duplica las funciones del Congreso
de los Diputados pero este a su vez mantiene una posición hegemónica con
respecto al Senado que no hace más que maniatarlo y no dejarle colegislar como
manda la propia constitución.
Por lo tanto si en la actualidad las aportaciones del Senado son
nulas y no hacen más que repetir las funciones del Congreso, se puede afirmar
sin ninguna clase de dudas que los trabajos legislativos puede hacerlos una
sola cámara, en este caso el Congreso de los Diputados y en la práctica se
observará que la supresión del Senado no marcaun cambio ni en las políticas ni
en la calidad legislativa pues estas continuaran en las mismas manos que hasta
ahora las han llevado a cabo.
En la actualidad dada la crisis económica en la que se encuentra
sumergido nuestro país no es tema banal el coste económico de una institución
tal como el Senado. Según datos emitidos por el propio Senado, el presupuesto
aprobado para el año 2014 ascendía a una cuantía global de 51.741.830 euros.
Esta
cuantía considerando las nulas funciones del Senado en el panorama político
hace pensar que supone un gasto desorbitado y que en ningún caso el
mantenimiento de esta institución responde a una necesidad para el Estado.
Por las razones expuestas, parece claro que el Senado es una
institución superflua que carece de funciones propias y que solo repite las
funciones del Congreso. Si a ello se añade su gran coste económico y la
existencia de otras vías de integración territorial más baratas y
especializadas la conclusión que deviene es clara, y respalda la conveniencia
de la supresión del Senado en España.
UN
SALUDO Y HASTA LA PRÓXIMA.
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